La figura del mediador
El mediador es el conductor de todo el proceso de mediación. Su intervención tiene la función de ayudar a las partes a llegar a un acuerdo. Es el líder del proceso, y sin embargo son las partes las que marcan los tiempos y en realidad las verdaderas protagonistas. El papel del mediador se ciñe a adaptarse a las situaciones que se den a lo largo del encuentro, así como al grado del conflicto en cada momento. Las labores del mediador son las siguientes:
- Adherirse a las ideas y principios que hacen posible la Mediación.
- Apoyar y asesorar a las partes.
- Reducir la conflictividad y restablecer la comunicación entre las partes.
- Ayudar a las partes a poner de manifiesto sus intereses reales.
- Garantizar el equilibrio de poder entre las partes.
- Reducir la tensión.
- Determinar el tipo o los tipos de conflictos existentes en el proceso para poder ayudar a las partes a solucionarlos eficazmente.
- Ayudar a llegar al punto medio entre las dos posturas enfrentadas.
- Propiciar el diálogo entre las partes sobre el problema real.