Hace unas días os hablaba de la inteligencia emocional y cómo esta puede marcar la diferencia entre una vida de éxitos y una de fracasos. En este post quiero hablaros de uno de los componentes más importantes de la inteligencia emocional, que puede ser vital a la hora de relacionarnos con los demás y de sobrellevar los problemas con los que nos enfrentemos a lo largo de nuestra vida. Este componente es la empatía.
El mediador es el conductor de todo el proceso de mediación. Su intervención tiene la función de ayudar a las partes a llegar a un acuerdo. Es el líder del proceso, y sin embargo son las partes las que marcan los tiempos y en realidad las verdaderas protagonistas. El papel del mediador se ciñe a adaptarse a las situaciones que se den a lo largo del encuentro, así como al grado del conflicto en cada momento. Las labores del mediador son las siguientes:
Adherirse a las ideas y principios que hacen posible la Mediación.
Apoyar y asesorar a las partes.
Reducir la conflictividad y restablecer la comunicación entre las partes.
Ayudar a las partes a poner de manifiesto sus intereses reales.
Garantizar el equilibrio de poder entre las partes.
Reducir la tensión.
Determinar el tipo o los tipos de conflictos existentes en el proceso para poder ayudar a las partes a solucionarlos eficazmente.
Ayudar a llegar al punto medio entre las dos posturas enfrentadas.
Propiciar el diálogo entre las partes sobre el problema real.
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